Artículo de EDUARDO ORTIZ, Profesor y Resp. del Grupo de Bienestar Social de Ciudadanos Navarra publicado en Diario de Navarra el lunes 16 de mayo de 2016
En 1991 Cáritas Diocesana puso en marcha Proyecto Hombre Navarra. Este año estamos celebrando el 25 aniversario de una organización imprescindible en el tratamiento de las drogodependencias y otras adicciones. Desde entonces, han sido miles las personas y familias atendidas. Hay que recordar la dureza con la que la heroína golpeó nuestra sociedad en los años 90 y a las personas que, por ella, se dejaron la vida en fábricas abandonadas y descampados. Desde entonces, los patrones de consumo han cambiado mucho. Hoy, las atenciones que realiza Proyecto Hombre son debidas a la cocaína, alcohol, anfetaminas, cannabis y heroína, por este orden. Pero también, y a este fenómeno tendremos que prestar una mayor atención en el futuro, por el uso indebido de nuevas tecnologías o por problemas con el juego en edades cada vez más tempranas. Para hacer frente a este fenómeno tan cambiante, Proyecto Hombre ha ido evolucionando hasta conseguir disponer en la actualidad de una estructura sólida de atención a través de un Centro Residencial en Estella, otro de atención ambulatoria en Pamplona, o su programa de apoyo a adolescentes (Suspertu), que tanto bien ha hecho a muchos de nuestros jóvenes. Pero quizá, lo que más destaque de toda esta labor es su convicción en prestar una atención integral, a través de un tratamiento bio-psico-social. Todo ello complementado con un importante trabajo de apoyo a las familias, que son un elemento clave para la recuperación de estas personas.
Hoy, como tantas y tantas organizaciones de nuestro Tercer Sector Navarro, Proyecto Hombre mira con preocupación al futuro.
La crisis que estamos viviendo ha arrasado muchas de las labores pequeñas, poco visibles, pero esenciales que se llevan a cabo todos los días en nuestra Comunidad. Hay que recordar a nuestros gobernantes que el tratamiento de las drogodependencias como la Cooperación al Desarrollo o cualquiera otra acción que trabaje directamente con las personas, sus vidas y su futuro debería contar, del mayor modo posible, con una financiación digna y estable. En el caso de Proyecto Hombre se da la paradoja de que, hace unos años, se inició la construcción de una nueva Comunidad Terapéutica cerca de Pamplona. Por falta de medios, aquellas obras han quedado abandonadas. El propio Parlamento de Navarra, en una resolución de 2014, aprobó, por unanimidad de todos los grupos, buscar fórmulas para retomar nuevamente el proyecto. Quizá, ésta podría ser una buena forma de celebrar y premiar los 25 años de esta organización: dando el impulso económico necesario que este proyecto requiere. Exigimos a nuestro Gobierno y Parlamento buscar con voluntad clara, la forma de hacerlo realidad, mientras nosotros, los ciudadanos navarros, seguiremos diciendo: ¡Gracias, Proyecto Hombre!