La gestión que está llevando a cabo el Gobierno de Navarra con las energías renovables está marcada por la falta de criterio, la improvisación, la discrecionalidad injustificada y el oscurantismo. Todo ello conlleva trasladar incertidumbre y desconcierto a uno de los sectores industriales más importantes de nuestra comunidad en el momento más trascendente de los últimos quince años para el futuro energético de Navarra.
Cuando es absolutamente imprescindible tener un marco legislativo claro que minimice la discrecionalidad en la tramitación de los expedientes y garantice la máxima agilidad en la resolución de los mismos (con independencia del resultado final, favorable o negativo), la situación aquí es la radicalmente opuesta. El Gobierno de Navarra, a través de sus tres departamentos involucrados en los proyectos de generación de renovables, ha ralentizado los trámites hasta la exasperación de los promotores; ha cambiado radicalmente de criterio respecto a los suelos autorizables, generando agravios comparativos innecesarios; y va a cumplir un año de retraso para cuando se decida a traer al Parlamento para su debate la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética, pendiente desde septiembre de 2020.
El colmo de la incongruencia y el despropósito se ha producido en fechas recientes. Todos los grupos parlamentarios rechazaron una moción de Navarra Suma que pedía una legislación más clara y sencilla que agilizará los plazos declarando los proyectos de renovables como de Interés Foral. A nadie le pareció necesario. Ni a EH Bildu, ni a Geroa Bai, ni a Podemos, ni a IU… ni al Partido Socialista.
Tampoco se consideró urgente reunir una mesa de agentes afectados por la instalación de parques de energías renovables (organizaciones agrarias, FNMC, empresas, Parlamento, etc.) para elaborar un mapa de suelos que determinara cuáles debían tener la calificación de protegidos y cuáles autorizables. Sin embargo, mientras que no se consideraba urgente, la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, reunía a UAGN, EHNE y UCAN para trasladarles que no se iba a permitir instalar parques fotovoltaicos en suelos de alto valor agronómico y que se harían preferentemente en suelo urbano o urbanizable.
Mientras Gómez trasladaba ese mensaje, supuestamente tranquilizador, el consejero de Desarrollo Económico del mismo Gobierno, Mikel Irujo, y del mismo partido, Geroa Bai, daba cuenta al Parlamento de que el Gobierno de Navarra había aprobado un mes antes como de Interés Foral un megaproyecto de parque solar fotovoltaico promovido por Iberdrola de 370 MW de potencia y una ocupación de más de 700 Has en suelo no urbanizable agrícola de secano.
Para rematar, este proyecto no es propiamente foral, porque todos los proyectos de renovables de más de 50 MW, se tramitan directamente por el Ministerio. Es decir, más de 70 proyectos de propiamente forales siguen en el limbo, mientras que nuestro Gobierno Foral se apresura a desarrollar un proyecto de Iberdrola, empresa vasca.
Seguimos. En las mismas fechas (¿casualidad?), la presidenta de Red Eléctrica Española (REE) hace una visita a Navarra, tras haber estado el día anterior en el País Vasco. En Navarra, presenta un plan de inversiones de 90 millones de euros. En País Vasco, de 900. Por si el agravio no es suficiente, los 90 millones de inversión son para construir una línea de transporte de 400 Kilovoltios entre Castejón e Itsaso en Guipúzcoa, para asegurar suministro a la industria vasca.
El PNV ha puesto la maquinaria de las compensaciones a trabajar a todo trapo… y Navarra a obedecer y a callar. Para compensar y que no se note el atropello, anuncian a bombo y platillo la construcción de una línea de 220 Kilovoltios y una subestación en tierra Estella por 18 millones de euros. Tierra Estella es la única comarca de Navarra sin este tipo de infraestructura.
El proyecto no es nuevo. Lleva más de 20 años siendo sistemáticamente boicoteado por el nacionalismo vasco y la izquierda. Bildu, Nafarroa Bai, Izquierda Ezquerra han paralizado cualquier intento. Geroa Bai, mientras fue Nafarroa Bai, se opuso. En el Gobierno, ya entre 2015-2019, no hizo nada por agilizarlo. Es un proyecto que discurre íntegramente en suelo foral por lo que su desarrollo es competencia exclusiva del Gobierno de Navarra. Uxue Barkos no hizo nada.
De hecho, pasó de estar en el anexo 1 (proyectos previstos que pueden tramitarse y autorizarse) en la planificación de REE, a estar en el anexo II (proyectos que aún tramitándose no se pueden autorizar). Ese es el compromiso con Tierra Estella del cuatripartito nacionalista. Y esa es la vergonzosa sumisión de la Presidenta Chivite a las exigencias del PNV a Sánchez para seguir manteniéndolo en el poder.
Nos queda una posibilidad. Aprovechar todas las infraestructuras eléctricas para ser una potencia productora de energía eléctrica renovable. Para ello, tenemos que triplicar nuestra producción actual. Podemos y debemos hacerlo. Para generar ingresos, industria, empleo y ser referente tecnológico en Europa. Si nos limitamos a nuestras necesidades, el nacionalismo nos habrá convertido en su simple lacayo.
Carlos Pérez-Nievas
Coordinador de Ciudadanos Navarra y portavoz adjunto de Navarra Suma
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