*Artículo de Tomás Ballesteros, profesor de la UPNA en Tudela y miembro de Ciudadanos Ribera de Navarra, publicado el 9 de diciembre de 2016 en La Voz de la Ribera

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RESPECTO A LA GESTION DE BASURAS DE GUIPUZCOA EN EL VERTEDERO DE LA RIBERA

 

  1. En primer lugar, veamos los datos técnicos del vertedero y de las basuras recibidas.

Según datos del Gobierno de Navarra, el vertedero del Culebrete solo tiene autorización legal del Gobierno de Navarra para procesar 50.000 toneladas al año de residuos de fracción “resto” y 25.000 de residuos para biometanizar, y actualmente ya se reciben casi 68.000 de fracción resto y casi 32.000 para biometanizar de nuestra zona, por lo que obviamente ya está sobrepasada su capacidad, y sin embargo, la idea es incrementar la basura recibida en un 75%.

Las instalaciones originalmente se diseñaron para 25.000 toneladas al año, por lo que con los nuevos datos, la planta estaría a un 233% de su autorización legal, y a un 700% de su capacidad de diseño.

No debemos olvidar que esta planta ya tiene denuncias por pérdidas de lixiviados además de su bajo rendimiento, como puede observarse en un informe técnico, disponible en la página web del gobierno de navarra

 

http://www.navarra.es/NR/rdonlyres/3B6D173E-8FFF-49B8-8C34-9386F4F80168/328414/RRRCompania_CentrodetratamientoderesiduosElCulebre.pdf

 

 

  1. En segundo lugar, vamos a ver los consumos en el traslado de basuras desde Guipúzcoa

 

Vamos a simplificar los números, considerando que puede haber un pequeño error, pero para que sea más comprensible

Si son 75.000 toneladas que vienen en camión, supongamos que la media de carga de cada camión es de 37,5 toneladas por viaje, lo que haría una media de 2000 camiones/año

La distancia a recorrer es de aproximadamente 200 km ida, y otros 200 km vuelta, lo que supone que cada camión recorrería 400 km.

Suponiendo que las condiciones del viaje son idóneas, el consumo medio es de 32,5 litros cada 100 km (cantidad muy optimista, ya que no todo el traslado es por autopista), lo que supone un consumo por cada viaje de basura de 130 litros de gasóleo (además hay que contar con desgaste de ruedas, aceite…)

Al necesitarse 2000 camiones, con un simple cálculo, resulta que la cantidad de gasóleo a consumir cada año es de 260.000 litros de gasóleo.

Como, además, gran parte de estas basuras tratadas no podrían tenerse en el vertedero, habría que añadir nuevos traslados a las zonas de enterramiento u otros tratamientos

 

  1. Analicemos los criterios ecológicos

 

La actual Directiva Marco de Residuos establece en su artículo 16 el principio de autosuficiencia y proximidad, lo que parece a priori incompatible con un traslado de basura a tanta distancia

Hay que considerar el consumo de más de 260.000 litros de gasóleo anuales, con el objeto de “mover basura de un lado a otro”

Tampoco se tiene información respecto al tipo de basura a traer. No es lo mismo una basura orgánica que en los meses de verano, y con el tiempo transcurrido desde su recogida hasta su recepción produzca lixiviados además de malos olores en el traslado, a una basura mixta no segregada correctamente, además de posiblemente compactada, que disminuiría la capacidad del tratamiento.

No debemos olvidar que una sobrecarga de basura en una zona no adecuadamente dimensionada para ello, generaría un importante impacto ambiental negativo, ya que además de los olores en la zona, en incremento de insectos, roedores, y la pérdida de atractivo de la zona.

A todo esto, hay que considerar los posibles accidentes y el incremento del lixiviado que se produzca (recordemos que ya ha habido problemas por filtraciones), por lo que existe la posibilidad de que se produzca una contaminación de las aguas subterráneas, con la consiguiente degradación de los cultivos y verduras, sin contar con una pérdida de la calidad del producto, el cual es reconocido a nivel internacional.

 

  1. Dudas al proyecto

Hemos leído que habrá un ingreso de 5,25 millones de euros y 14 puestos de trabajo para tres años, como potencial beneficio del proyecto

Hay numerosas dudas.

  • ¿Este dinero en qué nos beneficia exactamente a la ribera, ante una posible pérdida de venta de verdura por su pérdida de calidad o posibles accidentes?
  • ¿Cuánto de este dinero de “generación” irá destinado a la mejora de las instalaciones del Culebrete para cada cabida a este incremento de basura? A ver si por ganar 5 millones vamos a tener que invertir 10 millones
  • ¿Se ha tenido en cuenta la potencial pérdida de turismo y el incremento de olores e insectos para la zona, en especial en verano?
  • ¿Qué tipo de basura van a traer, y que criterios de aceptación de la misma se van a considerar? Hay que tener en cuenta que puede haber parte contaminada con químicos si no se establecen unos filtros de entrada
  • La carretera de acceso al Culebrete sufrirá un desgaste extra, ya que empezarán a pasar camiones de gran tonelaje de forma habitual, lo que obligará en un periodo de tres años, a realizar obras de restauración de la misma
  • No está claro que se haya realizado un estudio de impacto ambiental, ni que exista una autorización por parte del Gobierno de Navarra para este incremento (de casi el doble del actual)

 

  1. Conclusiones

Está claro que no es un tema de siglas políticas, ya que la mayor parte de los partidos políticos en Tudela, han mostrado su rechazo ante esta idea.

El problema es de Guipúzcoa en primer lugar, y de la Comunidad Autónoma del País Vasco, ya que por culpa de sus inadecuadas políticas en la planificación en la gestión de residuos, y su “idea feliz” es querer convertir la Ribera de Navarra en su vertedero.

El Gobierno de Navarra no parece que se pronuncie en contra de esta idea. Su idea de mejorar los lazos y relaciones con País Vasco no parece que vaya de la mano de potenciar la Ciudad Agroalimentaria, de crear una mejor red de comunicaciones y lograr una rebaja en los costos de la AP-15 (incluso podemos recordar que querían poner peajes a los vehículos procedentes de Navarra en el tramo vasco), de incrementar la capacidad docente e investigación del Campus de Tudela de la UPNA, de mejorar el Hospital Reina Sofía dotándole de nuevos servicios.

Su idea es la de convertir a la Ribera en un vertedero con un gran coste económico para los habitantes del País Vasco y una degradación ambiental para la zona sur de Navarra, para solucionar su deficiente gestión en residuos y trasladar el problema.