Navarra, y especialmente la Ribera, se prepara para celebrar estos días importantes fiestas patronales, como son las de Santa Ana en Tudela. Son unas fechas muy esperadas, tras el parón de dos años que ha supuesto la pandemia y que tan grave huella nos ha dejado, tanto a nivel humano como a nivel económico. Por eso, recuperar las fiestas nos alegra especialmente, no solo por volver a encontrarnos, sino por el retorno que supondrá para la actividad de la hostelería, el turismo local…
En el ámbito político, terminamos un curso en el que persiste el deterioro institucional al que nos conduce el Gobierno de María Chivite, controlado sin disimulo por sus socios de Bildu. Un descrédito que se está agravando también por la incapacidad en la gestión de las consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania y que ya estamos sufriendo, con especial gravedad a causa del alza de los precios.
Existen dificultades, pero a las que los navarros sabremos hacer frente. Dicho esto, y con el optimismo propio de estas celebraciones, ¡me hace especial ilusión aprovechar estas líneas en Plaza Nueva para desearos unas felices fiestas!