Artículo de Carolina Díaz Espina, periodista, investigadora, responsable del grupo de Educación de C’s Navarra y número 3 al Congreso de los Diputados

Primero fueron las escuelas infantiles Pamplona, luego los colegios de educación primaria de Ermitagaña y San Juan; unas semanas después se le negaba la plaza a un chaval con necesidades especiales en su colegio de toda la vida también en San Juan. Y ahora 5 familias de Tudela han de desplazar a sus hijos a 15 km de sus hogares (a Ribaforada) para ser escolarizados en otro modelo lingüístico que las familias no han solicitado. Y todo esto entre febrero y junio de 2016, cuando se cumple el primer año de Gobierno cuatripartito del kambio. El nexo común en todas las situaciones es la decisión arbitraria del Consejero de Educación Mendoza de no dejar a los padres que escolaricen en la lengua vehicular que desean a sus hijos. En el caso de las familias riberas es sangrante que no se haya aumentado el ratio en la oferta British, a pesar de las demandas de padres tanto en primera como en segunda opción. Del mismo modo que echar a las espaldas de los padres el problema (no probado) que el aumento del ratio en un colegio perjudicaría a otros, es una frivolidad y una irresponsabilidad, llevada a cabo por el Consejero Mendoza, que cual mano negra, se esconde cada vez que organiza una trifulca como esta, y ya van cuatro. Coincide que en la mayor parte de los casos todos quieren escolarizar a los chicos en castellano e inglés. Pero el señor Mendoza insiste en perjudicar a las familias navarras. Antes esto, el señor Mendoza no está dudando en hacer zonificaciones encubiertas en Pamplona y La Ribera, suprimir líneas o impedir el acceso a líneas aprobadas por la propia Administración. Todo ello es una afrenta personal del Señor Mendoza contra las familias y el parlamento, puesto que en las diferentes comisiones y plenos celebrados para tratar estos asuntos, todos recibieron el apoyo unánime de los distintos grupos parlamentarios, incluido el del propio Señor Mendoza y sus socios de Gobierno. Un vez más se constata que la educación pública es la gran perjudicada y la que está siendo víctima de los devaneos sectarios de un consejero del kambio, que no acepta ni quiere escuchar las demandas de los ciudadanos. Por ello también, este año la matriculación en la escuela concertada ha alcanzado record histórico. No se puede estar degradando la escuela pública a través de decisiones políticas y a la vez, llenarse la boca defendiendo e imponiendo una escuela pública moldeada a base de criterios políticos. Por ello, desde Ciudadanos Navarra queremos mostrar el rechazo unánime a la pésima gestión que está haciendo el Ejecutivo de Uxue Barkos, con Mendoza a la cabeza de la Consejería de Educación. Por ello, no solo pedimos que el Consejero asuma las responsabilidades oportunas, sino que además animamos a las familias a denunciar dichos abusos antes las autoridades competentes porque, ante todo, hay que defender el derecho constitucional de los padres a escoger la educación pública (o concertada) de sus hijos. Además, debemos obligar a los representantes públicos a cumplir las leyes vigentes, como la Ley Foral 15/2004 la cual recoge en su artículo 8º que “la Administración de la Comunidad Foral de Navarra protegerá en todo momento la buena fe y la confianza legítima que los ciudadanos hayan depositado en la misma y en el comportamiento normal y ordinario que hasta entonces haya seguido. En todo caso, la aplicación de este principio no podrá conducir a resultados contrarios al ordenamiento jurídico”. Si el Gobierno quiere mermar los derechos de los ciudadanos en cualquier ámbito de la vida, y especialmente en todo lo referente a la educación, se enfrentará no solo a estas familias, sino a todos los demócratas, amantes de la libertad, del respeto a la ley y a las normas de convivencia. Las familias navarras no están solas en la defensa de sus derechos; vamos a exigir hasta el final una gestión transparente, limpia, responsable, sin abusos ni concesiones al sectarismo personal de algunos. Desde aquí pedimos a las familias que no se rindan, todos debemos luchar por nuestros derechos y por el futuro de nuestros hijos, un futuro basado en una educación pública de calidad de la que no vamos a renunciar.